La Spirulina es una microalga cada vez más utilizada y consumida, que ya va calando entre los consumidores de manera habitual y cuyos usos ya se empiezan a extender. Pero su consumo empezó hace miles de años, cuando ni si quiera se conocía exactamente de que se trataba, pero sus beneficios eran ya muy apreciados

Actualmente la Spirulina es cada vez más conocida, no solo por su consumo a través de los tan de moda smoothies, si no por el uso de su ficocianina, el colorante azul natural que se extrae de la microalga y que cada vez se utiliza más en postres, repostería y otras recetas innovadoras en cocina.

Sobre los beneficios de esta microalga, ya hemos ido comentando en varias ocasiones.  Su valor como complemento nutricional radica en la gran cantidad de nutrientes (macro y micro) que contiene, algunos de los cuales no pueden ser sintetizados por el organismo humano, así como también algunas de sus propiedades, tales como aumentar los niveles de energía, reducir el estrés premenstrual, incrementar el rendimiento en los atletas, mejorar el apetito y ofrecer protección como antioxidante. Es rica en aminoácidos, proteínas, carbohidratos, ácidos grasos omega, vitaminas, minerales y otros nutrientes.  Varias de las propiedades que posee se deben a algunos de sus constituyentes, en especial, los ácidos grasos omega 3 y 6, el beta-caroteno, el alfa-tocoferol, la ficocianina  y los compuestos fenólicos.

Pero esta vez queremos hablaros sobre otros aspectos menos conocidos…

Por ejemplo, que el primer registro histórico del consumo de la microalga Spirulina del que se tiene constancia es de Bernal Días del Castillo (uno de los miembros de las tropas de Hernán Cortés) que en 1.521 describió como los aztecas obtenían del Lago de Texcoco una especie de masa o barro verdoso (hoy se sabe que era Spirulina Maxima), que secaban al sol y vendían en el mercado de Tenochtitlán (capital de los aztecas y actual ciudad de México). Curiosamente, se sitúa en el Lago Texcoco (muchos siglos después, ya en la década de 1970s) la primera producción comercial de Spirulina.

Otro dato poco conocido pero interesante es que en 1940 el ficólogo francés Dangeard descubrió que varias poblaciones del Lago Chad (situado en la frontera entre Chad, Níger, Nigeria y Camerún, en África) se alimentaban de lo que llamaban dihé, que era una sustancia que sacaban del propio lago y secaban en forma de tortas. Algo más tarde, el los 60, una expedición belga pudo comprobar que esas tortas o dihé estaban compuestas por Spirulina y que las poblaciones que las consumían no presentaban las carencias nutricionales encontradas en otras poblaciones. Tradicionalmente el Dihé es cosechado por las mujeres de dichas poblaciones antes de la época de lluvias, que luego van trabajando al sol, secándola y convirtiendo la masa en las tortas. Actualmente la FAO desarrolla proyectos para favorecer la producción de Spirulina en el lago Chad en mejores condiciones y con mayores rendimientos.

De hecho, La Organización Mundial de la Salud (OMS) de las Naciones Unidas ha recomendado Spirulina como alimento inocuo y nutritivo para niños. En 1974, Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO) proclamó la Spirulina como el mejor alimento del futuro. Además la ONU ha creado la Institución Intergubernamental Para El Uso De Espirulina Microalgas Contra La Desnutrición, IIMSAM por sus siglas en ingles (Intergovernmental Institution For The Use Of Micro-Algae Spirulina Against Malnutrition) http://www.iimsam.org/, a través del cual recomienda el empleo de esta microalgas para la alimentación y combatir la malnutrición aguda en situaciones de emergencias humanitarias, malnutriciones de índole crónico y para el desarrollo sostenible.

Actualmente, el principal uso comercial es como suplemento alimenticio. Aunque últimamente están apareciendo productos enriquecidos con Spirulina.

De hecho, es una de las especies que se están estudiando en el proyecto Algae for Healthy World (A4HW), en el que participa NEOALGAE. El proyecto tiene como objetivo desarrollar las herramientas biotecnológicas necesarias para mejorar y optimizar la producción de biomasa, así como aumentar la concentración de biocompuestos de alto valor añadido para el sector de la alimentación humana (pigmentos-antioxidantes principalmente) a partir de diferentes microalgas, focalizando sus desarrollos en diferentes cepas de Spirulina, Nannochloropsis gaditana y Pyrocistis.

El Proyecto A4HW, con nº de expediente RTC-2016-4860-2, ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades bajo el programa Retos Colaboración. Esta ayuda está cofinanciada por la Unión Europea a través de los fondos FEDER, con el objetivo de promover el Desarrollo Tecnológico, la Innovación y una Investigación de calidad.

Por otra parte, cabe decir que NEOALGAE ha desarrollado una gama muy diversa de productos a partir de la Spirulina:

– Complementos alimenticios: https://neoalgae.es/es/tienda/alimentacion/

– Cremas de verduras: https://supersaludables.com/comida-sana/crema-eco-de-verduras-y-spirulina

– Productos cosméticos: http://www.alskin.care/

– Biofertilizantes: https://neoalgae.es/es/tienda/acuicultura/spiragro5litros/